HISTORIAS DE CAN MIÀ

 

(Can Mià)...el único restaurante de este planeta que posee una enfermería en el salón comedor, para atender las convalescencias del personal laboral del susodicho establecimiento gastronómico.

Es curioso ver como los comensales disfrutan del mejor yantar amenizados por los quejidos, a veces incesantes, de algún currante que yace allá en el fondo,  junto al fuego, en una litera pseudo cuartelera entre los estertores de la muerte.

Cierto día un matrimonio francés degustaba cabrito con piñones entre loas de: ¡ o la lá ! y  ¡ no va plus !, cuando de repente se oyó en el fondo de la estancia  un alarido desgarrador que paralizó de facto el almorzar del matrimonio galo.

¡¡ Socorrooooooooooooooooo ¡¡

Se oía al fondo

¡¡Socorrooooooooooooooo¡¡ ...¡¡ Por Dioooosssssssssss !!....¡¡ Ayudenmeeeeeeeeeeeee ¡¡...¡¡ Que se me caeeeeeeeee ¡¡ ....¡¡ Que se me caeeeeeeeee!!

Alarmados los gabachos acudieron prestos al lugar, viendo horrorizados como un individuo de aspecto amorfo, peludo y cejijunto se contorsionaba en una litera, a la vez que se agarraba  el rostro con las dos manos sin dejar de gritar: ...¡¡ Ques se me cae ¡¡...¡¡Que se me cae¡¡.

¡Bon yur¡, dijo el francés...como intentando romper el hielo.  ¿Que le pasé a vú?. ¿Pus cuá tal follón? ¿ein?

-Perdonen ustedes que les haya molestado en pleno ágape, pero es que siento que se me está cayendo la cara a cachos, y lo peor es que mi enfermedad no tiene cura, pues la llevo padeciendo desde hace 27 años y cada vez voy peor. Fíjense si estoy peor que ayer me levanté  a cagar y con el esfuerzo se me cayó el pómulo derecho, y ahora he ido a bostezar y se me ha caído la ceja izquierda. ¿Tiene usted la amabilidad de mirar debajo de la litera? ...es que a mí me duelen los carrillos de tanto apretar la jeta.

¡Sir vú plé mesié¡, intervino la francesa con cierto tonillo socarrón. ¿Vú enfermité com sapell?...¿Ces Sarné?, ¿Ces disipelé?, ¿Ces leprosé?..¿Ques que ces?.

Pues verá usted madan, dijo el enfermo:  mi enfermedad tiene por nombre "Poca vergüenza innata". A mi me empezó con el acné junevil, pero es que desde un tiempo hasta esta parte se me está cayendo el rostro, y se me ha visto el plumero. Pero no quiero entretenerles más, por Dios, vayan ustedes a su mesa a disfrutar del postre especialidad de la casa: "El mató" y la "Crema catalana". ¡Anda y vayan ustedes¡ ¡Por Dios¡, que yo me quedo aquí tranquilito, en el lecho de mi muerte. Vayan ustedes y disfruten de la exquisita comida de la familia.

¡Ah¡, ¿pego vú ces de la fammilié?, pregunto la gala con la zorrería de una madan francesa. A lo que el enfermo contestó balbuceante....¡Bueno¡ ¡Yo¡.....verán...¡Yo¡...¡Bueno¡...ES QUE YO PASABA POR AQUÍ.....

(del libro de anécdotas de Can Mià)